El verdadero castigo no es la muerte
es que sin esclavos ni riquezas
nos vean libres.
Su tic-tac se desespera en la carrera contra mis latidos
fugitivos, desbocados desde el instante en que nos vimos;
entre malnacidos y desclasados
nosotros jamás sucumbimos
cuando te sientas derrotado
acuérdate que renacimos.
Me he dado cuenta de una cosa
si te cargas el gusano
no habrá mariposa.
Estás lleno de sombras que necesito para no quemarme.
Contienes todas las sombras que temí, estás lleno de mis sombras.
Que no me engañen abanicos, que no me vendan cremas.
Estás lleno de todas mis sombras.

No hay comentarios:
Publicar un comentario