Piso pensando que doblego al asfalto
hasta que lo convierto en brasas candentes.
Después la roca helada agradecerá las caricias
y yo habré vivido la soledad más intensa.
Intento ser de las que hacen de la tristeza
algo suave donde enfundar su rabia.
Nadie ha decapitado a un malhechor con gracia
ni se ha jugado un partido con su cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario