lunes, 8 de octubre de 2012

Los tesoros perdidos.

No sería de mujer honrada
ocultar mis vicios
pero tampoco es posible
que exhiba mis virtudes
como en un escaparate.
A mi me gustan los tesoros perdidos,
los que te hacen cruzar océanos,
atravesar desiertos hasta arriba de alucinógenos,
desafiar a las montañas, dormir bajo la luna,
exaltar la locura, amenazar a los dioses,
tratar con amor a los bebés araña...
También hay regalos en caja grande,
llamativa, con un lazo imperial.
Están llenos de papeles absurdos,
recortes de periódicos delirantes
y revistas de culto a la superficialidad.
Quizás entre estos se esconde algún anillo sin grabar,
pero a mi me gustan los tesoros perdidos.
La luna es el espejo donde se reflejan todas las estrellas,
pero se me acaba la munición.

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